QUIENES SOMOS

¿ QUIÉNES SOMOS?
Somos un grupo de inmigrantes que descubre que su familia es extensa, tan grande como el mundo.
Somos creyentes que nos fiamos de Jesús de Nazaret que quiso hacer una mesa redonda como el mundo.
Somos originarios de diferentes pueblos que traemos una riqueza que queremos compartir con los demás.

martes, 13 de diciembre de 2016

NAVIDAD EN CASA








Que vengan las madres,
que vengan los hijos,
que acudan el buey y el pastor,
que vayan llegando mayores y niños,
el músico y el director.

Que venga ese ángel,
que cuida un enfermo,
que acudan obrero y patrón,
que venga el parado que busca trabajo,
el juez, el cartero, el actor.

Tú también, yo también,
todos juntos a hacer un Belén.

ESTRIBILLO:
En cada hogar un Belén,
y nosotros en él,
compartiendo alegría.

Pon en tu hogar un Belén,
que contagie de Paz
al Belén de la Vida.

Recordaremos en él,
a los que ahora no están,
pero nunca se olvidan.
Y así podremos hacer,
que parezca que es,
Navidad cada día.
Que vengan los pobres,
que vengan los ricos,
que avisen al pescador.
Que acudan cajeras,
que vuelva de fuera
aquél que hace tiempo marchó.
Que vengan los médicos, las enfermeras,
alumnos y algún profesor,
que acuda el taxista y las costureras,
el técnico y el conductor.
Tú también, yo también,



EL PRIMER PESEBRE DE LA HISTORIA (O MEJOR DICHO EL SEGUNDO)
¿Cómo surgió la piadosa costumbre de hacer pesebres en Navidad?
Corría el año de 1223. La nieve cubría con su albo manto la pequeña ciudad de Greccio, en el centro- sur de Italia. Las campanas repicaban festivamente, anunciando la noche de Navidad.
Todos los habitantes, campesinos en su mayoría, se encontraban reunidos alrededor de
San Francisco de Asís, quien intentaba explicarles el misterio del nacimiento del Niño Dios. Ellos escuchaban con respeto, pero...no daban muestras de haber comprendido realmente.
¿Qué hacer? 



San Francisco buscó algún modo más didáctico de explicar a los iletrados aldeanos la historia de Navidad. Mando traer una imagen del Niño Jesús, una cunita, pajas, un buey y un burro.
Los asistentes se miran entre sí, sorprendidos, pero salen a buscar todo rápidamente.
En poco tiempo, el santo compuso la escena: en el centro, la cuna con las pajas; al fondo, los dos pacíficos animales. Faltaba apenas la imagen del Niño Dios. Con gran devoción,
San Francisco la tomo en los brazos, para depositarla en la cuna.

¡Se da entonces el gran prodigio!

Ante los ojos maravillados de todos, la imagen toma vida y el niño sonríe para
San Francisco.

Este abraza tiernamente al Divino Infante y lo acuesta sobre las pajas de la cuna, mientras todos se arrodillan en una actitud de adoración.


El Niño Dios sonríe una vez más y bendice a aquellos campesinos allí postrados a sus pies.
Pocos instantes después, había sobre las pajas una simple imagen inanimada... pero en el alma de todos permaneció el recuerdo vivo del Niño Jesús. ¡Él les había sonreído!

A partir de entonces, el pueblo de Greccio armaba todos los años el “pesebre de
San Francisco”, con la cándida esperanza de que el milagro se renovase. No fueron engañadas sus esperanzas.
Aunque la imagen no volvió a tomar vida, la Virgen María le hablaba especialmente al alma en esas ocasiones, con gracias sensibles.

 
¡QUÉ GRACIAS?
Las gracias propias de la Litugia de la Navidad

¿Sólo para los aldeanos de Greccio? ¡No!, en todos los pesebres del mundo está presente el Niño Jesús —Con María su Madre, y San José— a la espera apenas de que nos acerquemos para, también nosotros, recibir una sonrisa y una bendición.

Es justamente por ese motivo que se esparció por todo el universo católico la costumbre de armar pesebres por ocasión de Navidad
.

BIBLIOGAFÍA SACADA DE LA WEB
Editado por María Asenet Arboleda Urrego.